Mis
Animales:
Recuerdo
con muchísimo cariño a mi perro Enol, un boxer precioso, color canela, con una
estrella blanca en el pecho.
Lo
cogimos con dos meses, era una bolita…
Al
principio era un poco “autista”, era el último de la camada, el décimo.
Luego
poco a poco nos fue dando todo su amor y lealtad incondicional.
Fue
muy rebelde en su juventud, luego se calmo al castrarle…
Murió
de cáncer a los 16 años. Siempre estará en mi corazón.
Recuerdo
cuando le llevaba a la playa, le chiflaba rebozarse en la arena y luego ir
directo a jugar en el agua.
También
le chiflaba la nieve, se la comía a bocados y escarbaba como un locuelo.
Iba
conmigo a todas partes, andando, en coche… Era mi mejor amigo.
Le
extraño demasiado…
Parece mentira, pero a veces nos enseña más sobre el amor un perro, que un humano. Su incondicionalidad es pura terapia y una caricia para las heridas del alma. Gracias por compartir este pequeño relato sobre Enol!
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